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De mi vida como gasista matriculado en Monte Hermoso, Buenos Aires

Hace un tiempo largo que estoy viviendo en Monte Hermoso, por elección, por decisión personal, por descubrir que es éste el lugar en donde quiero quedarme para siempre.
Tengo 25 años de experiencia como gasista matriculado, trabajé mayormente en Córdoba, capital. Allí me iba excelente, mucho trabajo, responsabilidades al por mayor, empleados, idas y vueltas. Aún hoy, después de casi cinco meses que ya no estoy allí me siguen llamando a diario para tal o cual trabajo, el ser matriculado de primera categoría me habilita a trabajar en edificios, por eso mi experiencia en trabajar con consorcios y demás. En Monte Hermoso, la oferta de trabajo no es tanta, quizás hay que darle  tiempo a los pobladores de que me conozcan y comiencen a confiar en lo que puedo hacer, en este caso las palabras no sirven de mucho, sólo la demostración en mi hacer. Sé que en algún momento podré lograr que la confianza comience a crecer y la oferta laboral también. Todo llega en la vida, todo.
Lo importante es valorar las cosas sencillas, los gestos de amistad, la verdad, la honestidad y fundamentalmente La Palabra dada.
Amo la paz encontrada en Monte Hermoso, de aquí no me voy. Agradezco tanto a quienes se abrieron generosamente en un primer momento de recién llegado aquí, como por ejemplo Titina, Hugo y Patricia, Viviana, Cristina, Alicia y tantos otros.
Apenas comienzo a caminar, pero ese caminar es con paso seguro en este mar gigante que representa las relaciones humanas. Tengo mucho para entregar, pero sé que es mucho más lo que recibiré de los ciudadanos de Monte Hermoso.
        A todos: ¡Gracias por su amistad!